La conexión entre el transporte y la inclusión social está bien definida. Sin embargo, las dificultades de acceso a los servicios de transporte provocan que a veces se excluya a quienes no tienen acceso a un coche.
La adopción de la movilidad del futuro desempeñará un papel esencial en la descarbonización del transporte, ayudando a las ciudades y pueblos en el camino hacia las emisiones netas cero. Pero hay que tomar medidas para garantizar que el transporte sea equitativo: debe funcionar en beneficio de todos y contribuir a la justicia social y a la igualdad, sin reforzar las desigualdades existentes.
Las autoridades de transporte, el gobierno y los operadores deben colaborar para garantizar que los nuevos servicios y tecnologías de transporte se integren en los sistemas existentes y se ajusten a las prioridades estratégicas más amplias, tanto a nivel de población como de territorial.
Este informe, elaborado conjuntamente por Arup y el Grupo de Transporte Urbano (UTG), tiene como objetivo iniciar una conversación sobre cómo podemos garantizar que nuestro futuro sistema de transporte esté disponible, sea accesible, asequible y aceptable para todos, permitiendo una transición justa hacia el cero neto.