El agua es vida. Mantiene y favorece nuestro bienestar, nuestro medio ambiente y nuestra economía. Como consecuencia de los cambios en el uso del suelo, el consumo insostenible, los residuos y la contaminación, cada vez ejercemos más presión sobre el entorno hídrico. Así, ante el cambio climático y la crisis de la biodiversidad, cada vez tenemos más conciencia de la importancia del agua.
A través de nuestro trabajo, hemos comprobado que la forma en la que interactuamos hoy en día con el sistema hídrico ya no es la adecuada, siendo necesario un cambio sustancial en cómo concebimos y gestionamos el agua.
Gracias a nuestra experiencia trabajando con organizaciones e instituciones públicas y privadas de todo el mundo al frente de las crisis de abastecimiento de agua, hemos identificado nueve características esenciales para que las organizaciones respondan satisfactoriamente a los retos a los que se enfrenta el sector. Todos tenemos un papel que cumplir en este sentido: tenemos la responsabilidad de mejorar y transformar radicalmente nuestra visión y gestión del agua de cara al futuro.