Este informe analiza las consecuencias que tiene la transformación de oficinas en viviendas en términos de carbono. El aumento de esta actividad es un reto urgente, tanto en Nueva York como en el resto del mundo, dadas las elevadas tasas de desocupación de oficinas y el creciente empeoramiento de la crisis inmobiliaria.
Esta investigación se comprometió a responder a una sencilla pregunta: ¿cuánto carbono podría reducirse de aquí a 2050 si la ciudad de Nueva York ampliara la cantidad de edificios de oficinas que pueden ser transformados en viviendas? A partir de datos y análisis tangibles, el informe calcula el ahorro de carbono a través de un marco de referencia, clasificando los edificios por décadas, altura y tipología de cristaleras, todos ellos factores que influyen en el ahorro de carbono embebido asociado a la reconversión.
El informe se publica en un contexto de cambios en la ciudad de Nueva York y de una iniciativa recientemente anunciada por la Casa Blanca para convertir edificios de oficinas vacíos en apartamentos con ayuda de financiación y asistencia técnica.
El nuevo interés generado por el potencial que tiene esta técnica hace que sea un buen momento para tener en cuenta también las oportunidades de ahorro de carbono que ofrece.