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La actual sede de Coca Cola en Madrid consiste en un edificio de más de 7.500m2 distribuidos en cuatro plantas y tres sótanos conectados a través de una plataforma de acceso, con amplios espacios libres que se abren hacia la terraza exterior delimitada por una fachada en forma de corazón acristalado.
Destinado a convertirse en un ejemplo medioambiental, el edificio ha contado con los servicios de Arup para el diseño de las fachadas, la consultoría en sostenibilidad, la modelización energética y la certificación LEED®.
Un edificio sostenible
Coca Cola ha establecido una serie de objetivos sostenibles para su nueva sede madrileña como la máxima eficiencia energética, la certificación FSC para los componentes de madera, un consumo mínimo de agua, la plantación de flores autóctonas y la reutilización de aguas grises y de lluvia en el edificio y el paisajismo.
Además, para asegurar un buen resultado desde el anteproyecto, Arup se concentró en medidas para reducir el impacto ambiental, las emisiones de carbono y maximizar la productividad de los trabajadores del complejo. Gracias a la obtención de la calificación LEED® CI Oro, el edificio ha logrado consolidar su apuesta por el medioambiente.
Las fachadas restantes, que parecen muy sencillas, esconden una adaptación al medio y una decisión consciente de no llamar la atención. Estas fachadas resuelven el equilibrio entre protección solar e iluminación natural mediante una estudiada proporción entre zonas de visión y zonas opacas. De esta manera se optimiza el balance energético con las vistas al exterior y la iluminación natural.
La presencia de una línea de tren por detrás de la parcela, los requisitos de seguridad y los distintos usos dan solución a cada tramo de fachada sin evidenciar un cambio de imagen hacia el exterior. La carpintería horizontal continua ha resuelto en un único sistema los encuentros con las tabiquerías intermedias, la incorporación de ventanas proyectantes y los encuentros en esquina con distintos ángulos.
Para cumplir con todo ello, manteniendo un elevado nivel de hermeticidad (air tightness) exigido por los criterios medioambientales, se desarrolló una carpintería específica. El diseño inicial de la carpintería y de la doble piel de vidrio fue ensayado en un laboratorio para asegurar sus prestaciones antes de su montaje.
