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En 2001, los arquitectos españoles Antonio Cruz y Antonio Ortiz fueron elegidos para dirigir el equipo a cargo de la renovación y modificación del museo Rijksmuseum de Ámsterdam.
Arup se incorporó al equipo para realizar la evaluación ambiental de las partes renovadas y el diseño de la iluminación de este histórico edificio del siglo XIX.
La renovación incluyó una revisión completa de todas las instalaciones existentes en el edificio principal y en los edificios anexos. El objetivo principal era conseguir una climatización interior estable, capaz de evitar cambios bruscos de temperatura que pudiesen dañar a las obras de arte.
Arup no sólo realizó la evaluación ambiental sino que también asesoró en conceptos de telecomunicaciones, trabajando en estrecha colaboración con Cruz y Ortiz, Van Heugten y DGMR.
El trabajo final incluyó cambios en la fachada y los interiores del museo, junto a un avanzado sistema de gestión del edificio que permitirá posicionarlo como un moderno museo de prestigio internacional.
Arup también realizó recomendaciones para resolver el problema de acceso generado tras la creación del pasaje público que divide el edificio en dos partes desconectadas.
Instalaciones invisibles
Uno de los principales desafíos para el equipo de diseño fue la integración de las nuevas instalaciones en el edificio, recuperando el espacio original y respetando su geometría.
Como el edificio original era del siglo XIX, éste no contaba con un espacio para distribuir las instalaciones necesarias en la actualidad
Antes de la renovación, los techos abovedados estaban cubiertos con “falsos” techos que escondían las instalaciones. Al restaurar el esplendor de la arquitectura original, el equipo logró aportar soluciones creativas e integradas y nuevas maneras de ocultar las instalaciones a la vista humana. Este trabajo requirió de un enfoque multidisciplinar con aportaciones de todos los consultores.
Diseño de iluminación
El diseño original del museo estaba plenamente basado en la luz natural. Con el paso de los años, esta luz fue disminuyendo debido al cierre de ventanas y a la incorporación de techos suspendidos. El diseño de la remodelación intentó restablecer la luz natural y devolver al Rijksmuseum su iluminación original.
Los techos abovedados en las galerías cuentan con una iluminación artificial diseñada para enfatizar la arquitectura.
