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Refugio para mujeres maltratadas; Refugio para mujeres maltratadas;

Casa de acogida en Guinea-Bissau, Guinea-Bissau

Primera casa de acogida para mujeres supervivientes de maltrato en Guinea-Bissau

Guinea-Bissau es un país en vías de desarrollo situado en el oeste de África, haciendo frontera con Senegal y Guinea. Su baja esperanza media de vida -58 años- y su alto índice de mortalidad infantil convierten a este país en uno de los más pobres del mundo, con el puesto 175 sobre 194 en el índice de su desarrollo humano.

En este contexto, la desigualdad y la violencia de género son dos problemas muy presentes en toda la región: el 43% de las mujeres guineanas han sufrido algún tipo de violencia física o sexual, y el 45% mutilación genital, alcanzando incluso el 100% en zonas rurales como Gabú.

En un país en el que el 40% de la población general considera justificada la violencia de género, la necesidad de crear un espacio seguro para las víctimas de este tipo de violencias es urgente. El gobierno regional está promoviendo el desarrollo de asociaciones para contribuir al empoderamiento de las mujeres y atajar este problema.

La Fundación Anabella, en colaboración con Un Refugio Colectivo y Arup, está invirtiendo en una de estas soluciones: diseñar la primera casa de acogida para mujeres víctimas de maltrato del país. Este refugio se sitúa en el área semiurbana Bafatá, segunda capital del país y principal ciudad de la región, que tiene actualmente unos 201.000 habitantes, de los cuales más de la mitad son mujeres.

Resumen del proyecto


10mujeres en la casa de acogida

35personasen el centro de formación

+20personas localesinvolucradas

Creando un espacio seguro y colaborativo

Gracias a su programa Invest in Arup, se ha establecido un plan de recursos para colaborar con la Fundación Anabella, en el que los ingenieros que participan en el proyecto invierten de manera voluntaria un 30% del total de horas programadas en el proyecto. El restante 70% de las horas, se ha financiado por Arup. El equipo ha decidido, además, colaborar con asesores y expertos para estudiar el terreno y configurar una serie de soluciones sostenibles y duraderas para la óptima construcción del refugio, utilizando los recursos disponibles en el lugar. Además, colabora con arquitectos voluntarios en obra para asesorar y resolver las distintas dudas que puedan surgir durante el proceso constructivo. 

La idea del proyecto no es solo ofrecer soluciones técnicas, sino también implicar a los locales para que colaboren en el proyecto y se sientan parte activa de su levantamiento. De esta manera, el proyecto fomenta que la comunidad esté involucrada directamente en la obra, usando como base de la construcción bloques de tierra comprimida (BTC) que se fabrican in-situ con una técnica que los locales podrán emplear y replicar en otro tipo de edificaciones de manera más autosuficiente ya que la máquina de compresión de bloques permanecerá en el centro. Actualmente hay más de 20 personas locales involucradas en la construcción entre albañiles locales, constructor, mujeres colaboradoras y otros profesionales, así como carpinteros, herreros, fontaneros, etc.

Una vez finalizada la construcción, las propias mujeres supervivientes serán las que van a gestionar el centro. Las mujeres tienen un papel muy importante en la sociedad bisauguineana: constituyen la base de la mano de obra en la agricultura, producción de arroz la realizan un 60% de mujeres para el autoconsumo de sus familias y su comercialización.

Sin embargo, este mismo porcentaje de mujeres actualmente no sabe leer ni escribir. La formación de mujeres en el centro es uno de sus objetivos principales para que adquieran habilidades y experiencia que les permita tener más independencia económica y no depender de sus maltratadores.

Tres edificios adecuados al terreno

El equipo ha estudiado exhaustivamente el terreno sobre el que se está construyendo el refugio, teniendo en cuenta el movimiento de tierras y los aspectos clave para su pavimentación y cimentación. Debido la pendiente de la parcela, se han definido tres niveles diferentes, diseñando para ello los muros de contención y adaptando la cimentación de los edificios a la pendiente del terreno. 

En el primer nivel se situará un edificio que albergará el restaurante, cocina, terraza y panadería; en el segundo nivel, un módulo público, en el que se situará la parte de administración, oficinas y un aula para reunir y formar a estas mujeres supervivientes y al resto de ciudadanos de Bafatá. Todas las estancias de ambos edificios están pensadas como espacios de reunión, en los que las mujeres y sus familias podrán colaborar y compartir en el día a día. Por último, se ha diseñado en el tercer un nivel un módulo privado que servirá como alojamiento y zona de descanso para las mujeres. Este último módulo consta de una zona comunitaria de cocina, sala de estar y comedor, y una zona privada con 8 unidades habitacionales, baños y zona de lavandería.

Colaborar en el proyecto del refugio de Guinea-Bissau ofreciendo nuestro asesoramiento técnico está siendo muy gratificante, ya que supone un primer paso para ofrecer un espacio seguro a las mujeres supervivientes de maltrato de la zona a la vez que una oportunidad para contribuir a la formación y desarrollo de la comunidad local. ” David Rutter David Rutter Associate Director

BTC: Material sostenible y duradero de km 0

Arup junto con Un Refugio Colectivo ha trabajado en el asesoramiento en materiales para la infraestructura, con el objetivo de poder producir los materiales de construcción aprovechando los recursos locales disponibles. 

Se está empleando hormigón in situ para las cimentaciones y hormigón en bloques para los muros de contención y las primeras hiladas de la base de los muros en los edificios. En el resto de los muros, se han empleado bloques de tierra comprimida (BTC). Estos últimos, son fabricados con prensas manualmente por la comunidad local utilizando el propio terreno de la parcela mezclado con un porcentaje de cemento del 7%. Una vez prensados, se deben curar y secar durante dos semanas al aire libre, sin necesidad de maquinaria adicional. Un grupo de jóvenes albañiles han sido formados a través de una serie de cursos durante una semana para el óptimo manejo de la prensa manual y para asegurar la calidad de los bloques de BTC.

Además de ser mucho más barato que usar bloques de hormigón o ladrillos convencionales, los BTC componen una fórmula sostenible y accesible a partes iguales para construir edificios residenciales, reduciendo más del 80% las emisiones de CO2 en este caso comparado con construcciones similares convencionales. Por otro lado, una vez terminada la construcción del complejo, las mujeres utilizarán la misma máquina prensadora para producir los ladrillos de BTC y venderlos al resto de la comunidad local.

 

 

Cubiertas de madera

Para la formación de las cerchas de cubierta se ha empleado madera como material renovable con baja huella de carbono. Exceptuando los apoyos de las cerchas en los muros de BTC y las conexiones de la base de los pilares a la cimentación, que se han diseñado con detalles metálicos, las uniones entre elementos de madera se han diseñado con clavos, de manera que sea fácilmente construible y se utilicen los recursos disponibles en el lugar.

Durante el proceso de diseño de las cerchas, en conjunto con los arquitectos del proyecto, se redefinió la idea original del proyecto para poder llevar a cabo la misma geometría en todas las cubiertas. Esto permitió optimizar la estructura y minimizar el número de conexiones diferentes a llevar a cabo, ganando así eficiencia y simplificando la solución constructiva.

Proceso participativo

Para el desarrollo del proceso de diseño del centro de mujeres, Un Refugio Colectivo junto con la fundación Ana Bella ha organizado talleres participativos con la comunidad local, especialmente las organizaciones de mujeres. El diseño participativo del proyecto se ha realizado con el objetivo de reconocer el contexto real en el que viven las mujeres, cuáles son sus necesidades y cómo, a través de la mejora de los aspectos domésticos y urbanos, se pueden generar oportunidades y aspiraciones de futuro. Al obtener información sobre estos aspectos, es posible promover la autodeterminación, la autonomía y el empoderamiento. Además, se han planificado varios talleres de formación para presentar la técnica de construcción a las mujeres y artesanos locales, creando diálogos para entender cómo el prototipo de edificio podría adaptarse mejor a las necesidades locales de construcción.